Diferenciar depresión de tristeza no es una tarea fácil
La depresión es una enfermedad mental común, caracterizada por una tristeza persistente y la pérdida de interés en actividades de rutinas, acompañada por una incapacidad de realizar actividades diarias, por 14 días o más1. De acuerdo con los estimados de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 300 millones de personas están viviendo con depresión2. En Brasil, la prevalencia de la depresión a lo largo de la vida está en torno del 15,5 %3. La falta de apoyo a personas con trastornos mentales, asociada al miedo de estigma, impide que muchos tengan acceso a los tratamientos necesarios para vivir vidas saludables y productivas2.
Este artículo (aquí en portugués) muestra el tratamiento para la enfermedad, que tiene fuertes relaciones con otros disturbios y enfermedades no transmisibles. De acuerdo con la OMS, la depresión aumenta el riesgo de trastornos debido al uso de sustancias y enfermedades como diabetes y problemas cardíacos. La depresión también es un importante factor de riesgo para el suicidio, que termina con centenas de miles de vidas cada año2. Las personas con depresión normalmente presentan varios de los siguientes factores: pérdida de energía, cambios en el apetito, alteraciones en el sueño, ansiedad, concentración reducida, indecisión, inquietud, sentimientos de inutilidad y culpa o desesperança2.
La depresión en los jóvenes4
La adolescencia es una etapa de la vida muy particular en la vida de una persona. Es cuando el joven comienza a tener mayor autonomía en la relación familiar, comienza a construir una identidad personal e inicia diversas vivencias personales, emocionales y sexuales. Es en esta etapa cuando el joven construye una visión del mundo y su papel en la sociedad. A causa de estas transformaciones psicológicas, se estima que más de una de cada siete adolescentes sufre de depresión todos los años. Su causa generalmente es multifactorial, como factores genéticos (hereditarios), fisiológicos, ambientales (desde la gestación hasta la infancia y la adolescencia, principalmente referente a abusos físicos y sexuales) y temperamentales.
Otros factores también predisponen a la depresión como la exposición excesiva a las pantallas, como TV, tablets y celulares, privación crónica del sueño debido a horarios inadecuados de dormir y despertar, además de la cantidad insuficiente de horas de sueño. Bullying y Cyberbullying, además de la exposición a contenidos inadecuados o violentos también son considerados gatillos. Es importante que los padres estén atentos al estado de humor del adolescente y hacer una consulta médica y/o psicológica.