¿Reposición hormonal ayuda en los efectos de la menopausia?
Cuándo es indicada y cuáles son los problemas relacionados
En este texto continuaremos abordando la menopausia (usted puede leer el primer artículo aquí), pero esta vez bajo la visión del manejo de los síntomas. Entre las herramientas disponibles, hay inicialmente buenos hábitos de alimentación y la práctica de ejercicio físico. Enseguida, el uso de medicamentos, como, por ejemplo, la terapia de reposición hormonal¹.
Con la llegada de la menopausia, la producción de hormonas (como estrógeno y progesterona, por ejemplo) por los ovarios disminuye drásticamente, llevando a los síntomas característicos de este período: físicos (ondas de calor), psíquicos (depresión, irritabilidad), genitales - como la secura vaginal y la incontinencia urinaria, y la osteoporosis.
La terapia hormonal son medicamentos conteniendo estas hormonas (aislados o combinados) para evitar estos síntomas e impedir que ellos empeoren. Es importante reforzar que, como todo medicamento, existen contraindicaciones que deben ser evaluadas por el médico. Las principales son el riesgo de:
- Enfermedades cardiovasculares;
- Trombosis;
- Cáncer de mama y del endometrio;
- Disturbios hepáticos;
- Sangramiento vaginal de origen desconocida³.
La reposición hormonal es indicada cuando los síntomas de la menopausia causan sufrimiento o disfunción para la mujer. Si hay contraindicaciones, ella no debe ser administrada, siendo sustituida por otros medicamentos, como antidepresivos, vitaminas, medicamentos para la osteoporosis, etc². Esta evaluación siempre debe ser hecha por el médico. La automedicación no es aconsejada, ya que el uso innecesario de hormonas para la reposición puede provocar daños para la salud. Ella también es contraindicada para quien tiene obesidad, presión alta, diabetes o predisposición para el cáncer de mama¹.
Las hormonas destinadas a la terapia hormonal en la menopausia pueden tener presentaciones orales, transdérmicas (en forma de adhesivo o gel), vaginales (en forma de crema o gel), implantes subdérmicos y, raramente, intramuscular². Lo importante es que la mujer continúe las consultas de rutina con su ginecólogo y siempre que hubiere síntomas, compartir con él las quejas y, juntos decidir la mejor terapia.