Sepa cómo prevenir este problema
El infarto siempre fue una enfermedad que asociamos a personas mayores, con edad por encima de los 50 años. Sin embargo, este es un problema que está llevando a la pérdida de la vida de muchos jóvenes. En Brasil, según el Ministerio de Salud, de 2013 hasta ahora, los episodios de infarto entre adultos de hasta 30 años subieron un 13 %¹, haciéndose cada vez más comunes los casos de infarto fulminante entre esta parte de la población.
El estilo de vida de estos jóvenes, generalmente obesos o con sobrepeso, hipertensos, diabéticos y viviendo bajo altas tasas de estrés, eleva el riesgo de sufrir un infarto fulminante². ¿Pero qué es un infarto fulminante?
El infarto de miocardio, o ataque cardíaco, consiste en la muerte de las células de una zona del músculo del corazón a causa de la formación de un coágulo que interrumpe el flujo sanguíneo de forma súbita e intensa. Su principal causa es la aterosclerosis, enfermedad donde las placas de grasa se acumulan en el interior de las arterias coronarias, llegando hasta su obstrucción. En la mayoría de los casos el infarto se produce cuando se rompe una de esas placas, llevando a la formación del coágulo e interrupción abrupta del flujo sanguíneo. Esto puede ocurrir en distintas partes del corazón, dependiendo de cuál es la arteria obstruida. En casos raros, el infarto puede producirse por contracción de la arteria, interrumpiendo el flujo de sangre o por desprendimiento de un coágulo originado dentro del corazón y que se aloja en el interior de los vasos³.
¿Cuánto más joven, peor es el cuadro de infarto? Estos eventos tienden a ser más graves, ya que las obstrucciones involucran porciones más del corazón o del cerebro (arterias mayores). Esto lleva a infartos de peor pronóstico o incluso la muerte súbita. Pero también hay buenas noticias. El pronóstico de recuperación y supervivencia son mejores en los jóvenes adultos².
Factores de riesgo para el infarto antes de los 40 años¹
- Sedentarismo, dieta desregulada y obesidad provocan la obstrucción en los vasos del corazón;
- La hipertensión no suele dar señales y causa daños en las arterias coronarias y cerebrales, abriendo camino a ataques cardíacos y AVC;
- Cerca del 15 % de los casos de infarto están relacionados a crisis de estrés, capaces de llevar a picos de presión y al colapso del músculo cardíaco;
- Herencia genética (en algunos casos);
- El colesterol alto también contribuye para que ocurran infartos precoces.
El infarto es una emergencia que exige cuidados médicos lo más rápido posible. Identificar los síntomas puede ser decisivo para salvar la vida de una persona infartada. Por otro lado, la prevención del problema es aún más importante. Además de la práctica regular de ejercicios físicos, controlar el estrés, alimentación adecuada y no fumar, la prevención de enfermedades como la aterosclerosis, diabetes y obesidad son fundamentales para evitar la obstrucción de las arterias y el consecuente infarto³.