La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad inflamatoria crónica, caracterizada por poliartritis periférica, simétrica, que afecta las articulaciones, llevando a la deformidad y destrucción por erosión del hueso y del cartílago. La enfermedad tiene prevalencia en mujeres - dos veces más que en los hombres-, presentando las primeras señales alrededor de los 30 a 40 años, aumentando con la edad. Su causa aún es desconocida¹^,2.

La enfermedad alcanza tanto a las grandes como a las pequeñas articulaciones, y se presenta por medio de la rigidez matinal, fatiga y pérdida de peso. Con la progresión de la enfermedad, el paciente puede tener una lesión irreversible y se vuelve incapaz de realizar actividades cotidianas y profesionales².

El diagnóstico precoz es fundamental para controlar el avance de la enfermedad y se da por confirmado cuando por lo menos cuatros de los criterios listados a continuación son identificados durante seis semanas, como mínimo¹:

• Rigidez articular matinal durando por lo menos 1 hora;
• Artritis en por lo menos tres áreas articulares;
• Artritis de articulaciones de las manos: muñecas, interfalángicas proximales (articulación del medio de los dedos) y metacarpofalángicas (entre los dedos y mano);
• Artritis simétrica (por ejemplo en la muñeca izquierda y en la derecha);
• Presencia de nódulos reumatoides;
• Presencia de factor reumatoide en la sangre;
• Alteraciones radiográficas: erosiones articulares o descalcificaciones localizadas en radiografías de manos y muñecas.

Los principales síntomas de la artritis reumatoide son el dolor, el edema, el calor y el enrojecimiento en cualquier articulación, principalmente en manos y muñecas. En algunos casos, la columna cervical también puede ser alcanzada. En etapas más avanzadas, aparecen deformidades en las articulaciones periféricas como los dedos, en cuello de cisne, dedos en ojal, desviación cubital y hallux valgus (juanete)¹.

La artritis reumatoide tiene tratamiento que ayuda a prevenir y controlar el dolor y la lesión articular, además de una posible pérdida de función y debe ir acompañada de cuidados médicos. El uso de medicamentos debe siempre ser indicado por el médico, así como también el periodo de terapia, así como el uso de drogas modificadoras del curso de la enfermedad¹.

La fisioterapia o terapia ocupacional se recomiendan para que los pacientes puedan continuar realizando las actividades diarias. Los ejercicios deben fortalecer la musculatura periarticular, evitando el exceso de movimientos. El acondicionamiento físico (actividad aeróbica, ejercicios resistidos, elongación y relajación) debe ser estimulado¹.

La cirugía se recomienda solo cuando los tratamientos anteriores no surten efecto, afectando la calidad de vida. Es importante que la misma sea realizada antes que las articulaciones se encuentren totalmente comprometidas. Los tipos de tratamiento quirúrgico recomendados son²:

• Sinovectomia para sinovitis persistente por más de seis meses, resistente al tratamiento conservador;
• Corrección de tendones y sinovectomia;
• Desbridamiento articular y resección artroplástica;
• Artrodesis;
• Artroplastias totales.

Fuentes: 1. Artrite Reumatoide. Sociedade Brasileira de Reumatologia. Disponível em . Último acesso em 15 de julho de 2020. 2. Artrite reumatoide: diagnóstico e tratamento. Revista Brasileira de Reumatologia-Scielo. Disponível em . Último acesso em 15 de julho de 2020.